Por Camilo Psico
Autora: Marie-Guillemine Benoist
¿Cuantos cuadros de afrodecendientes conocen?
Acá les enseño uno
RETRATO DE MADELEINE
Madeleine, nos mira con una firmeza propia de la autodeterminación; no es para menos, nos presume por fin que es dueña de su destino (por lo menos en el papel): ha ganado su libertad.
La obra, realizada en 1800, seis años después de la abolición de la esclavitud en las colonias francesas, fue en más de un sentido, una provocación medida y deliberada para la conciencia tradicional de la sociedad blanca.
Primero, dignifica y le da voz a dos colectivos invisibles y vulnerables: a las mujeres y a los esclavos.
Segundo, el retrato rompe con la tradición occidental de representar a los habitantes de países no europeos con vestimentas exóticas; Madeleine luce un sencillo y ligero vestido blanco, sin personalidad única y exclusiva.
Y por último, Benoist nos presenta a una mujer negra como una persona libre.
Inconcebible tanto atrevimiento.
Los blancos se cabrearon pronto, mal y mucho.
Tal vez la esclavitud haya terminado (expresaron encabritados las personas ofendidas), pero la abolición no ha suprimido nuestras íntimas diferencias. No importa lo que digan las leyes; no somos iguales a la raza negra.
(Naturalmente que no).
Como quiera que sea, hoy Madeleine sigue libre y se le puede visitar en el Museo del Louvre, en Paris.