Hace algunos días pudimos constatar la invitación con la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) invitó a los candidatos a la Presidencia de la República.

En dicho evento se busco marcar una agenda partiendo de un criterio pesimista sobre la seguridad, algo claramente criticable partiendo de los indicadores nacionales de seguridad publicados los el INEGI y que durante algunos días de la semana pudimos ver en diversas notas periodísticas la participación activa de la Iglesia en los comicios.

Esto nos pone a reflexionar sobre el papel que juega la Iglesia, y si es correcta o no su intervención en los asuntos del Estado.

EL ESTADO LAICO

Por definición es la denominación que se utiliza para independizar las tareas o actividades de un Estado o Pais de la participación religiosa.

En el sentido estricto, la condición del Estado Laico supone la no injerencia de organizaciones religiosas con respecto al gobierno de dicho país.

Según la Gaceta del Senado de la República «El Estado laico es el que se denomina independiente de cualquier organización o confesión religiosa y en el cual las autoridades políticas no se adhieren públicamente a ninguna religión determinada ni las creencias religiosas influyen sobre la política nacional».

¿MÉXICO HA PADECIDO ESTO?

La respuesta es «Sí» y como bien dicen las personas de antaño, es necesario conocer nuestra historia justamente para no cometer los errores del pasado.

En nuestro país tuvimos la mala fortuna de padecer del intervencionismo religioso en actividades que competen al Estado desde la conquista, con gobiernos establecidos con profunda participación religiosa, al grado de prácticamente considerase «gobiernos confesionales» lo que nos llevo a que generaran terribles desigualdades, cabe recordar que el mayor propietario inmobiliario y de tierras en esos momentos era la Iglesia, mientras muchos padecían de pobreza y desigualdad.

LOS LIBERALES DE LA REFORMA

No fue sino hasta la mitad del siglo XIX que se dió un hecho trascendental para la historia de México, la transformación originada por la Reforma.

De la mano de importantes Mexicanos como Benito Juárez, Ignacio Comonfort, Sebastián Lerdo, Melchor Ocampo, Guillermo Prieto, Santos Degollado, Ignacio Zaragoza, Manuel Doblado, José María Arteaga, Ignacio Ramírez El Nigromante y muchos otros se delimitó la participación de los Conservadores y la Iglesia en los asuntos del Estado.

En 1856, entró la Ley Lerdo con la cual se logró la desamortización de las Fincas Rústicas y Urbanas de las Corporaciones Civiles y religiosas de México, para 1859 fueron decretadas las Leyes de Reforma que se volvieron el punto de quiebre donde se estableció definitivamente la separación de la Iglesia y el Estado.

En ese año se promulgó la Ley de nacionalización de los Bienes Eclesiásticos, la Ley del Matrimonio Civil, La Ley Orgánica del registro Civil entre otros que al momento le daban injerencia a la Iglesia en ciertos procesos que por naturaleza corresponden al Estado.

Hoy más que nunca debemos recordar la importancia de separar los asunto de la fe de los asuntos del Estado.

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Por infocoah

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