Tal vez una de las discusiones más comunes que se abordan a nivel filosófico es sobre la naturaleza del hombre, si es racional o espiritual. ¿somos seres pensantes y razonantes, o somos seres religiosos y de fe? Yo en lo particular me inclino mas por la primera opción, sin embargo, al observar nuestro comportamiento a través de los tiempos, tengo a mis dudas.

Al llegar diciembre cada año, el valle central de California se viste de fiestas y tradición religiosas. Es por de más conocido el fervor del mexicano hacia la virgen de Guadalupe y su festividad el 12 de diciembre, pero esa no es la única celebración que se lleva a cabo durante este mes.

Es el 8 de diciembre cuando se celebra el día de Nuestra Señora Inmaculada Virgen de Juquila, una de las manifestaciones católicas con mayor cantidad de devotos en México, seguida por supuesto de la virgen de Guadalupe y la Virgen de san Juan de los Lagos y que gracias a la comunidad Oaxaqueña su celebración ha sido exportada al estado de California en la unión americana.

Su historia se remonta hasta el siglo XVI cuando Fray Jordán de Santa Catalina, regala una imagen tallada en España de la Inmaculada Concepción de María, en agradecimiento a un campesino indígena de quien ocupó sus servicios y a quien educó e instruyó en la fe católica. El campesino llevó el regalo a su pequeño Jacal. Un día cuando se disponía a prepara su tierra para la época de siembra y terminar con matorrales, les prende fuego generando un incendio fuera de control por fuertes vientos, propagándose rápidamente y terminando con varios hogares dejándolos en cenizas. Para su sorpresa en medio de la tragedia solamente pudieron encontrar la imagen de la virgen intacta incluyendo su vestimenta, quedando así documentado el primer milagro de la Virgen de Juquila y cuya fama se propagó rápidamente por toda la región debido a las maravillas generadas por su intercesión ante las peticiones de sus visitantes, invocándola en sus necesidades.

Es maravilloso ver hasta en nuestros días su fiesta patronal se siga llevando a cabo por la comunidad Oaxaqueña en el extranjero de la misma manera que se realiza en el pueblo de Juquila, Oaxaca. La festividad inicia con una calenda, un tipo desfile liderado por música de banda típica de la población, mojigangas y mujeres bailando al son de la música, en vestimenta tradicional y colorida, llevan en sus cabezas canastas con frutos, arreglos florares, alimentos y dulces típicos de Oaxaca, invitan a los transeúntes a participar de la fiesta. No puede faltar la quema de pólvora y cuetes durante la peregrinación. Al terminar la calenda se celebra una misa en honor y agradecimiento a la virgen, posteriormente se invita a todos los visitantes a degustar de una comida donde no puede faltar la riqueza culinaria oaxaqueña: mole, tamales, empanadas de maíz con amarillito, mezcal, chocolate, café y finalizar la festividad con un baile amenizado por un grupo musical.

Definitivamente es una de las fiestas patronales mas alegres y emotivas que haya podido presenciar en toda mi vida y que sin lugar a duda me hace cuestionar una vez mas cual es nuestra naturaleza, ¿que nos mueve en realidad? ¿la razón o nuestra fe?

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